insomnio (En Ros K)

La noche cae sobre mi con un peso inexplicable, imita mi andar el errante noctambular de un perro, expulsado de esas puertas vecinas q cierran, junto con la caída del sol, un ciclo rutinario sin espacio a la creatividad. Surgen en mi ideas muy despiertas, como rebeldía en esta mente cansada de aguantar la velocidad de un mundo que vive solo 12 horas al día. Es utópica mi suerte de encontrar comodidad en algunas calidas palabras positivas de entre semana, que sirvan como calmantes a esta ansiedad frecuente de estar lucido. Busco la calma en la luz, fóbico, cansado de huir de mi mismo, queriendo encontrar un dejo de tolerancia para mis propias actitudes repudiables. Experimento lentamente una transformación física que no es casual, adecuando mi cuerpo a la abstinencia emocional, para salir por completo del sistema carcelario que fomenta la prohibición de cosas simples y básicas como estar despierto. Pruebo medicinas aplacando mis demonios, que noche tras noche explotan dentro mío como miles de sonido esperando ser canción, me arrastro por el ínfimo borde que separa mi alocada cordura de mi depresión suicida y traigo imágenes a mi cabeza que proponen soluciones futuristas sin sentido. Me hago cargo de mi lucido sueño y emprendo el camino de retorno hacia el miedo constante de vivir sometido a esa fabula de no despertar, jugueteando con la sensación de hundirme, en un profundo entumecimiento cerebral, que me convierta en uno mas de esa fila peregrina de almas dirigidas sin pensar a la obediencia patronal, carente de sentido lógico – creativo y colmada de mecánicos discursos matinales, incentivados por el rancio olor del papel numerado.
Dejo de lado la protesta, para avocarme totalmente un intento poco exitoso de concienciar mis músculos a que adentren en el fantástico estado flotante y me permitan absorber la energía suficiente que nutra mi cuerpo naturalmente adiestrado a soportar la diaria odisea de no dormir…

Conciente de mi inconciencia te espero….